miércoles, 8 de abril de 2009

CRÍTICA: La sal de este mar

la sal de este mar annemarie jacir gaza palestina israel estreno suheir hammadEl conflicto árabe-israelí ha sido no pocas veces tratado en el cine desde que comenzara allá por la primera guerra mundial, le seguirían el horror del Holocausto en la segunda, la partición de Palestina (creación de Israel), la guerra de 1948 (miles de árabes se desplazaron a los Territorios Palestinos (Gaza y Cisjordania) y resto de países vecinos), y un largo etcétera hasta llegar a nuestros días, en los que está de actualidad el conflicto en la franja de Gaza.

Es en la guerra de 1948 donde se sitúa la memoria histórica de “La sal de este mar”, ópera prima de Annemarie Jacir, que ayer vimos en un pase de preestreno en los Roxy-B de Madrid. Sin contar demasiado, no me gusta desvelar nada, Soraya, nacida en Estados Unidos, regresa al país de sus raíces para reclamar lo que su abuelo le ha dejado como herencia. Allí se verá envuelta por los fantasmas del pasado y el triste episodio que vivieron en 1948 cuando tuvieron que dejar Israel (territorio judío) y exiliarse a los Territorios Palestinos.

Repleta de acusaciones políticas y humanas (dos secuencias clave, lo mejor de la película, lo atestiguan), “La sal de este mar” subraya demasiado las ideas que tiene en mente, dejando un sabor empalagoso sobre un tema demasiado manido pero siempre interesante, al menos, esperaba encontrármelo desde otro punto de vista, algo un poco más visceral y no tan didáctico. Se agradecen los pasajes explícitos (sin pudor) sobre política internacional pero saturan en cierto modo cuando los podemos tener todos los días en la sobremesa. Además, el guión funciona a trompicones, olvidándose de personajes y acusando un tempo narrativo de extrema lentitud, no ayuda mucho tampoco a salvar una película que podría haber dado más de sí.

He de reconocer que sabía bien poco sobre este conflicto y he corrido a documentarme, a saber un poco más de lo que está pasando en estas tierras, de su pasado y su ferviente futuro. Quizá por no saber demasiado del tema no logré llegar al mensaje, que seguro que lo tiene aunque muy escondido, de esta película. Tenía la sensación, como los protagonistas, de andar perdido ante tanta idea y posicionamiento político, pero lo que sí que me quedó claro es la sensación de desarraigo del pueblo palestino, del malestar que provoca el sentir que te han dejado sin pasado, robado las pertenencias y privado de esa libertad que ahora mismo se tiene (y siempre entre comillas) fuera de todo territorio que se encuentre en guerra. Y en eso, las bonitas imágenes del mediterráneo visto desde Jaffa siendo devorado por las miradas de los protagonistas, tienen mucho que decir.

LO MEJOR:
- La música. Quizá lo único virgen en estos territorios marcados por tanto movimiento humano.
- La presencia de Suheir Hammad (Soraya en la película), que en la vida real, además de su faceta artística (poeta y novelista), es una ferviente activista política. Como curiosidad, su página web: http://www.suheirhammad.com/.
- Que una película tan políticamente explícita haya conseguido salir al mercado de este modo tan contundente y más aún, parece un milagro que haya podido ser rodada en esos territorios en conflicto.

LO PEOR:
- Dura demasiado, se hace bastante lenta.
- No aporta demasiado a los que desconocemos el conflicto (no estoy diciendo que por ello se desmerezca).
- El guión, simplista y caprichoso. Personajes interesantes que se quedan en nada y situaciones inverosímiles como (spoiler) esa especie de Lago Azul a lo oriental (acaba spoiler).

NOTA: 5,5 / 10

No hay comentarios: