viernes, 3 de octubre de 2008

Más sobre VCBarcelona

La carrera de esta película es imparable... claro que si no recauda lo que se espera en España ¿en qué otro país lo hará?. Muchos de mis amigos han opinado, con dispares resultados, sobre esta cinta, y así, en democracia se obtiene el fruto que a veces en el congreso no se consigue, hablo de un auténtico feedback, es decir, "lo que yo no veo, me lo haces ver tú". A continuación pongo lo que me escribió mi buen amigo y compañero de cinefilias Richard sobre Vicky Cristina Barcelona:

Sobre la película de Allen, decirte que a mí me gustó. ¡No lo esperaba!; porque desde que me enteré que Allen se había entregado a la Pene y al Bardem, me convencí de que este iba a ser otro “año en blanco” en lo que a Allen se refiere. Sin embargo, cuando la película terminó, exclamé que aquella fue la noche de la reconciliación con Penélope. Me reí muchísimo con sus escenas latinas con Bardem, “¡¡te lo dije!!!, ¡¡te lo dije!! ¡¡que te lo metas en tu cabecita!!!”, están realmente geniales, y creo que es mérito suyo y no tanto de Allen, puesto que en lo que se refiere a interpretaciones espontáneas latinas, no creo que este anciano neoyorquino tenga mucho que explicarles. Creo que hay mucha química entre los dos y que sus escenas son muy graciosas.

En cuanto a Scarlett, decir que cada día está más estupenda (a ver qué tal le sienta el matrimonio), y que Allen es el que mejor la fotografía de todos los directores. Exhibe curvas, sombritas en el rostro, labios de infarto y actitud de vividora: Un regalo para el deseo, una inspiración fotográfica única, y un obsequio divino que ya tenemos en el bolsillo para cuando le dé por hacer películas para el Oscar y no la veamos nunca más así. Sumamos escenitas a las que ya guardábamos tras ver “Match Point”. El guión me parece muy en la línea de lo que vienen siendo las últimas películas de Allen: Construidas como una sucesión de escenas sencillas, no hay sorpresas en el argumento ni giros deslumbrantes, ni devenires azarosos. Simplemente, Allen desmenuza los distintos y posibles recodos que unen los tramos de tubitos y con ellos, uniéndolos, da forma a una instalación de fontanería que deambula de aquí a allá disfrutando con sus personajes y con sus pequeñas nimiedades.

Se acabó el Allen analítico que, con bisturí, abría los corazones, o el alma, de los personajes (“Interiores”, “Otra mujer”, “Hannah y sus hermanas”); se acabó el Allen de la comedia loca (“Sueños de un seductor”), etc. Ahora es un Allen de pequeñas historias fáciles de predecir en donde no tenemos claro qué es lo importante, pero sí que es una historia que nos gusta ver. La dirección se vuelve poco a poco más transparente en la carrera de Allen, o será que es que yo la aparto para encontrar una y otra vez a Scarlett.


Interesante, ¿verdad?.
Gracias Richard!