sábado, 21 de marzo de 2009

CRÍTICA: Los abrazos rotos

almodovar madrid estreno los abrazos rotos penelope cruzDesde que Almodóvar diera el definitivo salto internacional con “Todo sobre mi madre”, cada nueva película se convierte en un estupendo espectáculo mediático, con un amplio despliegue comercial y, como no, suscitando grandes expectativas. Y anoche fui al cine para comprobarlo, con mis padres (a mi madre le encantan Almodóvar y sus historias), en una sala medio llena, esperaba ver como este director subía un peldaño más por las escaleras del olimpo de los mitos, y creo que lo que me encontré no fueron precisamente escaleras mecánicas.

Habiendo visto “Volver”, “Hable con ella” y “Todo sobre mi madre” (no hablo de “La mala educación” porque no me entusiasmó del todo) no hago más que preguntarme desde ayer por la noche que vi “Los abrazos rotos”: ¿pero qué le ha pasado a este director para hacer una película tan tonta?. Sí, los personajes son planos, las situaciones llevadas al límite sin sentido y los diálogos desentonan a cada momento dejando de lado la pasión y naturalidad innata de sus historias de siempre. Eso sí, cada fotogramas está para enmarcar, no me extrañaría que algún día el Reina Sofía realizara una exposición sólo con pósters de fotografías de esta película.

Como delicia fetichista “Los abrazos rotos” es una pequeña joya, que bien se podría ver sin escuchar ningún diálogo, sin intentar contar nada, que surtiría el mismo efecto en el espectador o quizá en algún caso se llegara disfrutar más. El cine hiperestético se está comiendo a Almodóvar, un director que ya no sabe que contar, por mucho que se empeñen algunos en decir que es el mejor guionista cinematográfico que existe en estos momentos. Probablemente lo fue, pero el problema es que se cree demasiado viejo para innovar una vez más con alguna historia diferente y quizá es demasiado joven (con tan sólo un par de películas memorables a sus espaldas) como para pensar que puede tomarse la licencia de autoparodiarse.

Sí, quizás esa parodia de “Mujeres al borde un ataque de nervios” hacia el final de la cinta sea lo mejor de ésta. Carmen Machi, con unos pocos minutos, recupera todo el nervio de esos personajes bombón que en su momento el director brindó a Carmen Maura, María Barranco, Loles León, entre otras. Estoy deseando ver ese corto que hizo expresamente para ella para ver como se las gasta este personaje de “concejala social”.

Existen demasiadas incongruencias en esta historia, sobre un director de cine que queda ciego tras un romance con la mujer de un gran hombre de negocios que conoció a éste tras ayudarla con la muerte de su padre, y éste a su vez tiene un hijo medio loco por el cine (Ochandiano con pelucas imposibles) que es homosexual (vamos, que no viene a cuento) y que se dedica a espiar a los dos amantes. Todo esto, tan sencillo que se cuenta en un cortometraje se alarga hasta más de dos horas, por las que van desfilando personajes que entran y salen de la trama abriendo caminos sin nunca cerrarlos. Me parece a mí que Almodóvar estaba más empeñado en que cada uno de sus viejos amigos (Kiti Manver, Chus Lampreave, Rossy de Palma) tuvieran un minuto en esta su definitiva película almodovariana y en que Penélope Cruz pusiera sus morritos (reconozco que aquí Cruz lo hace realmente bien y se salva con creces de la quema) a lo Marilyn, que en construir un relato eficaz, en consonancia con las imágenes y que diera paso a un recuerdo inolvidable de sus personajes.

Al final sólo queda su nombre, Almodóvar, como distintivo de marca. Ya nos puede vender una película de ciencia ficción donde un robot transexual oculta que su padre fue un humanoide amigo del Dr. Spock, que seguirá siendo, por siempre, el “must see” Almodóvar.

LO MEJOR:
- La fotografía y la música, soberbias como artes cinematográficas complementarias.
- Penélope Cruz, Blanca Portillo (pese a algunos excesos) y Carmen Machi.
- Los primeros veinte minutos de cine de calidad.
- Ver que Almodóvar sigue amando Madrid y rodando en España.

LO PEOR:
- Sintiéndolo mucho, todo lo demás.
- Que no cuenta nada, de verdad, nada.
- Que los críticos más cinéfilos quieran valorarla sólo por un par de guiños a Buñuel (que yo también advertí, como esos minutos “Belle de jour”) y crean estar ante una obra maestra.

NOTA:
2,5 / 10

1 comentario:

Anita dijo...

Yo tengo muchas ganas de verla, ya te digo pero tengo muchas expectativas y no suelen decepcionarme...aunque segun dices no es de las mejores.

saludo