lunes, 19 de enero de 2009

CRÍTICA: El truco del manco

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El pasado viernes 16 de enero se estrenó la ópera prima de Santiago A. Zannou, “El truco del manco” o como yo la llamo “Rapero de Barrio” y pongo barrio en letra capital pues recuerda, y bastante, al tono ya manido por la obra de Aranoa años ha. Se retoman los mismos patrones de cine social español, fijando la mirada en una zona marginal de la periferia de grandes urbes, ya sean Madrid o Barcelona (¿para cuándo una en, no sé, Sevilla?) y haciendo uso de actores (semi)desconocidos, siempre resultando algunos de ellos todo un descubrimiento, y me estoy refiriendo a Juan Manuel Montilla “El Langui” en este caso.

Esta película, que vi un día antes de su estreno, en un pase especial de los Renoir Cuatro Caminos (menos mal que fue en la sala 4, una de las mejores de este cine), me gustó, no tanto por lo que cuenta, que es bastante simple, sino por otros factores como la interpretación y la música, que se calan e impregnan la pantalla de inquietud y sinceridad. Tuve que agradecer que la película, en un intento de predisposición contraproducente por mi parte, no me acosara con el incesante y cansino, a mi parecer por supuesto, quehacer de la música Hip-Hop, que, por otro lado, tan sólo se escucha dos o tres veces. Así, sin desmerecer, la música opta al Goya en su categoría este año. El responsable es Woulfrank Zannou, hermano del director, que con este trabajo, acerca la música hip-hop a la clásica y equilibra con armonía el número de escenas con música con aquellas supeditadas al silencio.

“El truco del manco” opta al premio de la academia en dos categorías más: Director novel (Zannou) y Actor Revelación (Juan Manuel Montilla). El despliegue de éste último es espectacular. Es responsable de dos de las escenas que más han impactado de esta película (comienza spoiler) como son el plano que abre la función, con El Langui (Cuajo en la película) desnudo, intentando subir el infranqueable “muro” de la bañera, invalidado físicamente, con una naturalidad desgarradora; y el enfado con su hermano, rompiéndole la moto desde el suelo, acostado (acaba spoiler). Imagínense a Verónica Echegui y a él, juntos en una película, líderes de un cine de barrio (olvídense de Parada! o tómenlo como una revisión del de éste si quieren) quizá repetitivo pero sincero.

En resumen, si bien se echa de menos una nueva revisión del cine denominado “social” en nuestro país, algo más transgresor y que no acabe emponzoñado por lo blandengue, tampoco es que este género pueda dar más de sí… que para hiperrealidad ya tenemos “Callejeros” de la Cuatro, bueno, y esas tremendas y cutres copias de éste que están invadiendo el resto de cadenas.

LO MEJOR:
- El Langui, enorme, y los secundarios que lo rodean.
- Ver cómo de bien una banda sonora encuentra la horma perfecta de su zapato.
- Las nominaciones (del todo merecidas) a los Goya de este año.
- La relación desde la comprensión existente entre Cuajo (El Langui) y Adolfo (Ovono Candela).

LO PEOR:
- Algún diálogo que rompe con el tono naturalista, demasiado teatro.
- El guión se queda corto, aburre en algunas ocasiones pareciendo que no avanza.
- Lastres y tics heredados de otras películas que, como ésta, ya han tratado el tema de la marginación y sus derivados.

Nota: 6.5 / 10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya la veré que no hago mas que oir hablar de ella en la tele... saludetssss

Alf

Anónimo dijo...

si te digo la veradd no tienes ni puta idea de lo k va la peli,y de como se nota de k no eres una persona k no renuncia a su sueño sea x lo k sea asi k mejor no dejes mas comentarios tan pobres y baja de las nubes k la puta realidad es esta y lo peor es k no se puede remediar