jueves, 24 de septiembre de 2009

CRÍTICA: Gordos

El batiburrillo de palabras que rezan en el cartel de “Gordos”, la segunda incursión cinematográfica de Daniel Sánchez Arévalo, parecen entroncar con el caos general que acaba por reinar en esta cinta propuesta para los Oscar que se entregarán el año que viene.

Parece ya una nueva costumbre en el cine español realizar películas “colmena”, donde las abejas trabajan juntas y a veces revueltas, para componer algún tipo de fruto con sustancia que dejen con buen sabor de boca al espectador (y todo, si no me equivoco empezó con “8 citas”, luego “7 minutos”, etc.).

Muchos de los personajes están bien dibujados, son incluso atrayentes (ahí está la pareja tragicómica formada por Raúl Arévalo y la debutante (y deslumbrante) Leticia Herrero, de la que tanto se ha criticado su acento estilo Forqué, como si quisieran acuñar el término). Pero muchos otros, y me fastidia, como el de Antonio de la Torre, parece salidos de contexto. Su papel de homosexual parece cambiar de acera según los kilos que gana o pierde y al final no sabe si le apetecen más los hombres, si las mujeres o si simplemente se gusta él mismo. Incluso es culpable de una de las escenas más sonrojantes que he visto hace mucho tiempo (spoiler) véase la escena en la que sin ningún pudor, ante el cadáver del hombre al que ha matado, el personaje de De la Torre hace de las suyas con su amiga Pilar Castro (acaba spoiler).

Y es que, la primera hora de la película es notable, con un buen ritmo y presentación de los personajes, pero luego, lo que resta, se hace muy pesado (más de uno en la sala, como yo, bostezó). Fuimos al preestreno que los cines Renoir, como siempre apostando por el cine español, propusieron en las salas de Cuatro Caminos,… y había más gente que para el preestreno de “Mapa de los sonidos de Tokio” (otro despropósito más de cara a los Oscar), no me lo esperaba. Eso sí, disfruté más de la historia, por su realidad cotidiana, de Verónica Sánchez y su marido psicoanalista incapaz de aplicar sus propias teorías en su pareja, por muy trivial que fuera, que de la fantasía “vitivinierótica” de Coixet.

Para hacer justa referencia a mi desilusión (siempre entre comillas, pues los oscar ya no son lo que eran) de cara a las tres películas seleccionadas por España, me quedaría por ver la última de Fernando Trueba (aún siquiera estrenada en nuestros cines!, y ya seleccionada) para hacer justicia al injustificable enfado de Almodóvar con la Academia, una vez más (tampoco es que sus “Los abrazos rotos” sea mejor que alguna del resto).

LO MEJOR:
- Leticia Herrero, todo un descubrimiento, por ejemplo, en la escena de la cena y en las de cama con Arévalo.
- La fuerza del comienzo, atrayente a todas luces.
- La historia que enfrenta a Verónica Sánchez con su embarazo (otro modo de afrontar el sobrepeso, interesante).

LO PEOR:
- Se desinfla a la hora, y es que luego queda casi otra hora más que soportar.
- El ridículo personaje de Antonio de la Torre, pese a su buena interpretación.
- La música, demasiado vista, al estilo “American Beauty”.
- Algunas escenas que juegan con los límites entre la risa y el llanto. Si al menos jugaran bien…

NOTA: 6/10

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Crítica clara, concisa y directa.

Me gusta esta forma de escribir, ya lo sabes Rogelio

Anita dijo...

tengo muchas ganas de verla, que me gustan las películas más realistas.

un saludete que hace mucho que no sabía de tí.

vente pronto para aquí... avísanos si vienes

Rogelio Pujol - eljeffbuck dijo...

Hola Ana!

claro, en cuanto pueda me escapo y voy a veros. :-)