domingo, 6 de septiembre de 2009

Antichrist goes to Tokyo











En este tiempo veraniego que se acaba hemos ido a algún estreno que otro y un preestreno en los cines Renoir también. Hay poco tiempo, se han ido las no vacaciones, y esto apremia en brevedad.

El preestreno: "Mapa de los sonidos de Tokyo". Seré breve, un "Mi vida sin mí" no hay más que una, y esta vez a Coixet, que parece haber entrado en el loable aunque triste podio de los "one hit only" cinematográficos, se le ha ido de las manos las ínfulas de superioridad que parece ser ha adquirido de Almodóvar y ha robado de Kar Wai. Demasiadas imágenes afectadas por un dolor vacío, de palabras que no llevan a ningún sitio y que se ven presas de un tedioso aroma filosófico de andar por casa. Coixet, se pierde en Tokyo (chiste fácil), y no consigue entender su propio mapa: tres escenas de sexo (la última de ellas sin justificar), un narrador en voz en off que no aporta nada a la construcción de los hechos (el supuesto creador del mapa del título ¿?) y el peor Sergi López que he visto nunca (ese inglés no le va a la zaga). Eso sí, la música es lo mejor de la cinta; bien colocada en todas las escenas, y, por mucho que algunos opinen que el "One Dove" de Antony and the Johnsons es demasiado guay, si lo es, ¿qué pasa?, al menos a la película le va como anillo al dedo.

Los estrenos: uno que no lo es tanto "Still Walking", que bien merece otro post, adquiere toda la sabiduría del cine de Ozu (de quien yo no he visto más que alguna que otra película). Lo mejor (en contra de casi todos) el final. Me parece perfecto que la película se cierre bajo la obviedad, porque así es la vida, que nos ofrece trivialidades de las que no podemos escapar.

Y el otro estreno: la polémica "Antichrist". Madre del amor hermoso, a Lars Von Trier habría que encerrarlo, por tres delitos:
- Regalarnos un prólogo maravilloso, que, como corto nos habría sabido a gloria.
- Aburrirnos hacia la mitad con tanto bosque animado.
- Regalarnos (aunque le miremos el dentado) el insultante epílogo. Dedicar la película a un muerto, y que este no puede defender, es rizar el rizo del pedantería.
Aun con todo, esta película, por su increible atrevimiento, la magnífica actuación de Charlotte Glainsbourg (increible lo que esta chica es capaz de hacer ante una cámara!, qué no podrá hacer cuando no se sienta observada...?) al estilo de Huppert en "La pianista", y el transfondo psicológico (SPOILER) que es donde reside quizá el verdadero terror de la película: cuando el sexo duele, y cómo! (esa escena de masturbación femenina bajo el arbol del pecado), a través de la pérdida de un hijo que desencadena el trauma, merece estar entre lo más interesante del año que llevamos.


Notas:
Mapa de los sonidos de Tokyo - 3/10
Still Walking - 9/10
Antichrist - 8/10

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